La empleada del minimercado de la estación de servicio miro con desconfianza a los dos motociclistas que estacionaron en el deck del negocio, uno de ellos traía el casco en la mano y ambos tenían aspecto siniestro.
Entraron
y uno se dirigió directamente a la caja mientras el otro se sentaba en
una de las mesas del fondo, cuya ventana daba al estacionamiento del
lugar. El primero pidió dos fichas para la máquina de café y un paquete
de cigarrillos, luego se sentó con el otro mientras miraban hacia la
ruta.
En
el estacionamiento, dentro de una camioneta oscura otros dos hombres
cargaban lentamente dos escopetas de trombón mientras oían rock metálico
por la radio y también miraban hacia la ruta.
Un
rato después una tercer moto llego al lugar, de la misma bajo un hombre
muy alto y de aspecto rudo, con una cicatriz en el cuello y barba de
varios días, debajo de su campera abultaba un arma de grueso calibre a
la altura de la cadera, pidió a la empleada otra ficha de café y se
sentó con los otros.
La
chica miraba nerviosa al encargado, que no se decidía entre llamar a la
policía, avisar al dueño de la estación o no hacer nada. Al cabo de un
rato y al ver que aquellos hombres charlaban tranquilamente, se decidió
por lo último.
- A que hora te dijo que venía el tipo, gringo? Pregunto el alto al rubio, éste consulto su reloj y le contesto:
- Ahora, dijo que estaba acá a las siete y ya son...
- Mas vale que sea bueno lo que trae, terció el morocho de grueso bigote.
- Veremos, dijo secamente el que parecía ser el jefe...
En
ese momento un auto de alta gama estacionaba junto a la camioneta
oscura, de el bajó un hombre de traje y aspecto empresarial, mientras en
el auto quedaba otro que tranquilamente colocaba el cargador a una
pistola ametralladora FMk5 y trataba de mirar, sin lograrlo por las
ventanillas polarizadas, el interior de la camioneta.
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El
hombre de traje le pidió a la empleada un té y un tostado de miga y le
indico que se lo alcanzara a la mesa donde estaban los motociclistas...
la jovencita lo miro sin comprender.
- Llevámelo allá, le indicó con el índice hacia donde estaban los tres hombres.
Se
acercó lentamente mientras miraba alternativamente por la ventana, al
interior del salón y a los tres hombres sentados. Saludó secamente y se
desabrochó el traje al sentarse en la única silla vacía de la mesa; al
hacerlo, los tres pudieron ver la culata de una pistola Colt en una
funda de cuero debajo de su axila izquierda.
- Pensamos que no venías, le dijo el jefe al recién llegado.
- Acá estoy, respondió áspero.
- Espero
que sea bueno el dato, Martín, le dijo el rubio al de traje, este lo
miró con deprecio sin contestarle, mirando al jefe sacó un sobre de uno
de sus bolsillos y lo coloco sobre la mesa.
El de bigotes hizo un ademán de agarrarlo pero el de traje clavó la palma de la mano izquierda sobre el, con un sonoro golpe.
- El paquete... dijo en voz baja.
- Dáselo, gringo, le dijo el jefe al rubio.
Un
pequeño bolso fue depositado sobre la mesa, el hombre de traje lo abrió
al tiempo que sacaba una pequeña navaja suiza del bolsillo del
pantalón, con la misma perforó la envoltura de plástico de un paquete
que había en el interior; un polvo blanco quedó adherido a la hoja, pasó
uno de sus dedos sobre aquello y se lo llevo a la lengua.
- Perfecto,
dijo secamente mirando a los ojos del jefe, mientras corría el sobre
hacia él con una mano, con la otra ponía el bolso en el piso y a sus
pies.
El jefe abrió el sobre y desplego las tres planillas que había dentro.
- Ahí
tenés los horarios y las rutas de los ocho blindados que van a
recolectar bolsas este mes, podes hacer dos simultáneos solamente, pero
después de reventar alguno, esos papeles no sirven mas, esta claro?
- Como el agua, estos números son lo que van a mover?
- Si,
es aproximado, quizá sea mas, ya que hay dos fines de semana largos y
se juntan varias recaudaciones, te copie la cantidad de portavalores y
guardias de cada uno, también el armamento que van a usar.
- Excelente, acotó el jefe, …como sigue esto?, le preguntó mirándolo fijamente a los ojos.
- Sigue
que quiero el 20% de lo que junten, en un bolso en la alcantarilla que
cruza la 205 antes de Saladillo, la tarde siguiente del segundo golpe,
está?
- Y si no sacamos nada?, sugirió el gringo.
- Vos
sabes lo que va a pasar en ese caso... el de traje le respondió con un
brillo asesino en la mirada, algo que hizo impresionar al gringo y al de
bigote, a pesar de ser gente peligrosa.
En ese momento, la chica traía la bandeja con el té y los sándwichs, el hombre de traje la miró y le dijo:
- Dejala en aquella mesa, señalando una sobre la pared del fondo, los muchachos ya se van...
Los
tres motociclistas se levantaron y salieron por la puerta del frente,
subieron a sus motos y se perdieron en la noche. Unos minutos después,
la camioneta hacía lo mismo, bajo la atenta mirada del que estaba en el
auto, que había montado la ametralladora y los apuntaba discretamente.
El hombre de traje terminó su té y dejando un billete de 20 sobre la mesa, se subió al auto y se perdió también en la noche.
La empleada y el encargado suspiraron aliviados y siguieron con sus cosas.
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El
celular sonaba con una melodía de música sinfónica, el hombre calvo
entreabrió los ojos buscando la fuente del sonido, tomó el teléfono y se
sentó en la cama para responder la llamada…. La sábana de seda se
descorrió dejando a la vista el magnífico cuerpo de la rubia que estaba
acostada a su lado.
- Espero que sea MUY importante, dijo al responder.
- Lo
es señor, ha ocurrido un incidente en el laboratorio que requiere de su
presencia inmediata. Le respondió una voz preocupada al otro lado de la
línea.
- Dónde?, inquirió el calvo.
- En
el laboratorio de desarrollo genético, aislamos el área hasta su
llegada, pero no podemos desarrollar el protocolo sin su autorización.
- Salgo para allá, respondió secamente cortando la comunicación, se levantó y luego de una ducha se puso un traje de paño.
Bajó hasta el estacionamiento y dirigió su Porsche Cayenne hacia el interior de la provincia.
Dos
horas después llegaba al Centro de Investigación y Desarrollo Genético
que la firma Monsacro tenía en la pequeña localidad bonaerense de
Lartigau, en el partido de Coronel Pringles. Los guardias de la entrada
se pusieron nerviosos al reconocer la camioneta del CEO de la compañía y
le abrieron la puerta unos metros antes que se detuviera.
- Buen
día señor Bahco, saludó nerviosa la secretaria del encargado de la
planta, pase por aquí, le decía mientras lo guiaba a los laboratorios
centrales.
Luego
de pasar por las cámaras de descontaminación ingresó al área de
laboratorios donde lo esperaba el encargado de desarrollos genéticos y
varios colaboradores.
- Vayamos al grano, sugirió secamente, por qué me hicieron venir con esta urgencia? Requirió.
- Será mejor que lo vea personalmente, don Carlos, le dijo el de guardapolvo y gruesos lentes
Lo condujeron al área de contención, lo que vio allí lo dejó sin palabras.
En
el sector de confinamiento se hallaba uno de los laboratoristas, con la
ropa hecha jirones y completamente cubierto de sangre, en el piso se
hallaban partes de los cuerpos desmembrados de una de sus asistentes y
otro laboratorista, todo el lugar se hallaba deshecho. Al acercarse al
cristal blindado, el ser aquel se arrojó contra el mismo para tratar de
atraparlo mostrando un rostro deforme e irreconocible, con unas
mandíbulas desencajadas y pobladas de dientes triangulares… Carlos Bahco
se echó para atrás, entre asustado, sorprendido y repugnado…
- Que es lo que pasó aquí?, como puede este hombre tener estas malformaciones? Preguntó al jefe de la planta
- Ocurrió
ayer a última hora, estábamos modificando genéticamente hongos con el
nuevo químico AYS 66 y este hombre dejo caer accidentalmente uno de los
cubos de almacenaje, liberando las esporas, al respirarlas cayó
inconsciente y los dos empleados que ve en el piso trataron de ayudarlo…
luego, pues… el directivo que hablaba tragó saliva… pues es mejor que
lo vea usted mismo, tenemos los videos de las cámaras de seguridad…
En
uno de los computadores de la oficina mostraron las imágenes al CEO, en
ellas se veía al hombre rompiendo el frasco y cayendo al piso
inmediatamente, luego convulsionar mientras lo atendían los otros dos y
finalmente… morir. Al cabo de unos segundos, el cuerpo comenzó a sufrir
esas transformaciones y finalmente reanimarse, atrapando y mordiendo con
feroces dentelladas a la asistente que estaba junto a él. Esta cae al
piso y repite el proceso del primero, en ese momento se inicia el
protocolo de contención y se cierra automáticamente el recinto,
impidiendo que el tercer empleado pudiera salir, entre ambos viralizados
lo atrapan y descuartizan a dentelladas … finalmente el primer
infectado ataca a la segunda y también la desmiembra, desde entonces se
mantiene en estasis siguiendo los movimientos de los demás del otro lado
del cristal de seguridad.
- Dios mío, dice el CEO… así de rápido se viraliza?
- Si, creemos que si se libera en el aire, estemos frente a una epidemia de características globales…
- Como nos deshacemos de esto, como lo matamos? inquirió con frialdad.
- Técnicamente no se puede matar, porque ya está muerto, fíjese.. le respondió alcanzándole una cámara térmica.
A
través de la misma, el cuerpo del laboratorista infectado se veía como
un cuerpo frio, su temperatura corporal era incluso mas baja que la del
medio ambiente.
No quiero explicaciones técnicas, solo quiero saber como nos sacamos esto de encima, rugió el jefe de la empresa.
- Don
Carlos, si no somos cuidadosos con esto, nos exponemos a una pandemia
mundial, debemos ser muy estrictos… habló con timidez uno de los
técnicos
- Me
importa una mierda la parte científica, pregunté como carajos nos
sacamos esto de encima, es muy difícil contestarme…? Habló con ferocidad
mirando al grupo de hombres de guardapolvo…
- Creo saber cómo, respondió una joven de lentes y cabello rojo.
- Entonces…? Inquirió el CEO.
- Creo
que solamente se podrá desintegrar con seguridad en el esterilizador
nuclear de Constituyentes, solo así estaremos seguros. Mi idea es
incinerar completamente este recinto con los cuerpos y el laboratorista,
luego inyectar poliuretano expansible dentro para aislar las cenizas y
enterrarlas con ácido fórmico. Pero los recipientes del AYS 66 deben ser
esterilizados en el reactor de Capital, es muy peligroso hacerlo aquí,
si las esporas se liberan las consecuencias no son calculables…
- Y como los llevaríamos de forma segura?, preguntó tímidamente el jefe de planta.
La joven respondió certera:
- Dos
veces al mes llegan camiones blindados que transportan la recaudación
de las ventas provinciales, la idea es colocar los recipientes de las
esporas en cámaras estancas y llevarlas en ellos así hasta
Constituyentes…
Los técnicos se miraron entre si…
- Puede funcionar, asintieron unánimes…
- Al
fin alguien con soluciones en vez de problemas, respondió sonriendo
satisfecho el de traje de paño, estás encargada del asunto, asigná la
cantidad de dinero que sea necesaria y una vez concluido, te quiero en
mi oficina de Puerto Madero con el informe, no vuelvan a comunicarse
conmigo hasta tener esto resuelto, esta claro? Fueron sus ultimas
palabras, se retiró de la planta en su camioneta, perdiéndose en la
noche.
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En un oscuro depósito del conurbano, un grupo de hombres reunidos alrededor de una mesa planeaban un atraco.
- Necesitamos
una forma fácil de abrir los camioncitos, los FAL no van y no tenemos
tiempo de meterle soplete.. hablaba Pedro “biguá” Zinno, uno de los mas
famosos atracadores de blindados de la Argentina.
- Expansores de chapista? Sugirió el rubio.
- No
van, las bisagras ahora vienen reforzadas y los monos de custodia no
nos van a mezquinar bala desde las mirillas, necesitamos otra cosa…
La
solución al problema vino de la mano de el mas callado de ellos, Miguel
”degüello” Alí, otro famoso atracador, dueño de una visible cicatriz en
el cuello.
- Termita, dijo simplemente.
- Eso que es? Preguntó el biguá.
- Una carga térmica que se usa para demoler edificios y en minería, corta acero como si fuera manteca, pero es cara y difícil.
- Cuanto?
- El turco me consigue la necesaria para abrir dos latas (camiones blindados) pero nos cuestan dos kilos.
- Epa, eso es mucha merca, degüello… replicó el biguá.
- Si, pero las latas que elegí llevan tres palos verdes una y cinco la otra, vale la pena…
Luego
de un rato de deliberar entre ellos acerca de cómo obtener la cocaína
necesaria para pagar los explosivos, el biguá propuso:
- Se hace.
- Hay
otro problema, terció el gringo, necesitamos dos camiones, las cargas
solo sirven para el piso de las latas, las tenemos que volcar para
poder abrirlas y hay que pegarles con un camión en el costado para eso…
- Avisale al araña que levante un par de camiones en la ruta la semana que viene, y me los guarda en Moreno, está?
Luego sigueron hablando sobre el armamento que utilizarían y los lugares adecuados para dar los golpes.
Uno
de los camiones blindados que atracarían, era el encargado de
transportar las recaudaciones de la firma Monsacro, cuya ultima escala
era la planta de Desarrollos Genéticos de Lartigau.
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Doce días después:
Una
madrugada de jueves dos camiones de dieciocho ruedas con un total de
nueve atracadores de blindados fuertemente armados circulaban por una
ruta provincial camino a Coronel Pringles, uno de ellos se desvía por la
ruta 85 mientras que el otro estaciona en una arboleda espesa, sobre la
ruta 51, a la salida Pringles.
Del
interior de ambos camiones bajan dos camionetas con vidrios polarizados
que serán las encargadas de proveer el escape luego del golpe.
Los
hampones fuman nerviosos a un lado de las solitarias rutas, ocultándose
detrás de los camiones cada vez que pasa algún vehículo.
Varios
kilómetros mas allá de ellos , cuatro motociclistas aguardaban el paso
de los blindados con los handys encendidos, nerviosos, consultaban la
hora cada minuto.
- Tenés preparadas las cargas, biguá? Pregunto degüello, el jefe de aquel grupo de ladrones
- Ya están listas, solo hace falta ponerlos panza arriba para colocarlas en el piso y en medio minuto estamos adentro.
- Estas seguro que esa mierda no va a quemar la guita?
- No,
solo ataca al metal, la ignición de esta cosa dura segundos… los que la
van a pasar mal son los cobani de adentro, el gas de esta basura es
bien tóxico…
- Mas
tóxicas le van a caer las balas que les vamos a meter, no queremos
testigos, esta claro? Preguntó en voz alta para que lo oyeran el resto
de los hampones.
- Como el agua jefe, respondieron casi al unísono.
Mientras
hablaban, cargaban y preparaban concienzudamente varios FAL y escopetas
a trombón, además de las pistolas que todos llevaban en las cinturas.
Ninguno usaba máscaras, ya que no pensaban dejar testigos.
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El gringo apagó el cigarrillo aplastándolo con la bota, al tiempo que guardaba los pequeños binoculares y montaba en su moto.
- La lata viene en camino jefe, pero hay un problema… dijo inquieto por el Handy.
- Que carajo pasa ahora? Preguntó degüello.
- Trae un culatero con tres guardias mas.
Degüello u biguá hablaron brevemente y respondió luego:
- Tranquilo,
se hace… venite con la otra moto, pero seguilos de lejos, cuando se
arme el cachengue acercate por atrás y freílos, ok?
- Copiado jefe, tenemos una metra así que no hay drama, ustedes entreténganlos hasta que los pongamos a tiro…
- Listo, estén alerta a los primeros tiros, sino no podemos poner la carga, tranquilos.
- Ok jefe. Cortó la comunicación y arrancó la moto como a seiscientos metros detrás del blindado.
En la ruta 85 el equipo del biguá repetía casi simétricamente el despliegue del primer grupo.
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El
conductor del blindado solo pudo ver en la ultima fracción de segundo
la gigantesca mole del camión que lo golpeó desde la izquierda,
volcándolo de lado en medio de la ruta con gran estrépito. En ese
momento los custodias del auto se acercaron a toda velocidad siendo
recibidos por una lluvia de balas, desatándose un feroz tiroteo que
duraría varios minutos, al final del mismo los tres custodias estaban
muertos y dos hampones también, por su parte, degüello y el gringo están
también heridos, aunque no de gravedad. El resto terminaba de colocar
las cargas de termita y las hacia detonar.
Al
terminar la nube de gases de la carga térmica un enorme pedazo del piso
del blindado caía sobre la ruta, al tiempo que uno de los guardias
salía de adentro tosiendo fuertemente… siendo recibido por una descarga
de FAL que lo tendió a un costado. Los otros dos fueron acribillados
antes de moverr las sacas y cajas de valores. El conductor murió al ser
arrojada una granada por la mirilla de la puerta, desde donde intentaba
asomar el caño de su pistola.
En
menos de ocho minutos habían cargado el contenido del blindado en la
camioneta y partían a toda velocidad hacia la localidad de Azul, donde
tenían el aguantadero.
- Biguá, contestá hermano, repetía degüello una y otra vez por el Handy, pero solo el sonido de la estática le respondía…
- Contestá
biguá, insistía…mirando al gringo le dijo: llamá al celular de la garza
y preguntale que carajo pasa, gringo, le ordenó al rubio.
Este obedeció de inmediato pero también sin éxito.
No
podían saber que del grupo del biguá no quedaba nadie vivo, la mala
suerte quiso que pasara justo una camioneta de gendarmería cuando
golpeaban al blindado, en el tiroteo con los custodios y los gendarmes
habían muerto todos.
Dos
horas después llegaban a la quinta que tenían alquilada desde hacía dos
semanas en Azul y escondían la camioneta en un galpón, en el garaje de
la misma tenían otro auto y sus motocicletas, con las que volverían a
capital luego de algunos días.
Mientras atendía sus heridas en el baño, degüello escuchó gritar al gringo y al tano…
- La puta madre loco!!!!!, no puede ser… los mataron a todos, nooooo!!!! Gritaba el gringo mientras miraba las noticias en la tv.
- Reventaron
al biguá y los muchachos, le decía a degüello con ira incontenible, los
pescó gendarmería, que lo parió, que mala leche!!!!
Sin un gesto en el rostro, el degüello preguntó:
- Agarraron alguno vivo?
- No, están todos tapados con lona en la ruta, está en las noticias.
- Que
cagada… al menos no nos van a quemar el aguante, si hubieran agarrado a
alguno tendríamos que volar de acá, pensó en voz alta.
Luego de cambiarse pusieron las cajas y las sacas sobre la gran mesa del quincho para revisar el contenido.
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Tres
horas después del atraco, la pelirroja técnico del Centro de Desarrollo
Genético se presentaba en las oficinas de la compañía en Puerto Madero y
solicitaba hablar con el CEO de la misma.
Una vez frente a él, le relató el robo de los cofres que transportaba el blindado atracado en la ruta 51.
El
hombre calvo la miraba con atención y sin un solo gesto en el rostro.
Al terminar, la miró con ojos inyectados de ira mientras le decía:
- Que pasa si esas lacras abren el contenedor con las esporas?
- Creemos
que la contaminación provocará un contagio masivo en la población,
suponemos que será incontenible si llega a una ciudad grande..
- Maldita sea, no hay forma de detenerlo?
- Solo si los contenedores permanecen cerrados, en ellos la contención puede durar hasta un año…
- De
esto NI UNA PALABRA A NADIE, esta suficientemente claro?, para el resto
del mundo, la empresa NO ENVIO CAJA ALGUNA EN ESE BLINDADO, solo sacas
de dinero…
- Pero
señor… debemos alertar a alguien antes que esto nos explote en la cara…
NADIE puede escapar de una pandemia de estas características…
- Haga lo que se le ordena, veré de canalizar esto por vías mas discretas…
- Pero… insistió aun la pelirroja.
- Solo váyase ya.
Al retirarse el CEO hizo una llamada por un celular que tenía en un cajón del escritorio:
- Julio, la pelirroja que está saliendo NO DEBE LLEGAR A NINGUNA PARTE, soy claro?
- No hay problema..
- Accidente sería lo mas apropiado, respondió, cortando luego la comunicación.
Inmediatamente
organizó sus cosas y dieciocho horas después volaba junto a la rubia en
su avión privado a una pequeña isla en el sur del Pacífico, propiedad
de la compañía.
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En la quinta de Azul, los atracadores contaban el dinero de las sacas, mientras tomaban abundante cerveza y aspiraban cocaína.
- Entonces…? cuánto hay? Preguntó degüello.
- Tres
palos verdes, dos millones de pesos y estas cuatro cajas llenas de
frascos, le respondió el gringo señalando los contenedores del AYS 66
- Aha…que tienen adentro?
- Frascos con una mierda verde adentro…
En ese momento sonó el celular del gringo, luego de un breve diálogo, cortó dirigiéndose al jefe…
- Era Martín, degüello… quiere “recordarnos” que le dejemos su veinte por ciento…
- Quedate tranquilo, quiere el 20? Perfecto… preparale los frascos, es mas del veinte, es como la mitad del bulto, je…
Esa misma tarde un Scirocco negro dejaba una gran caja en la alcantarilla de la entrada a Saladillo, sobre la ruta 205.
Una par de días después, la banda de hampones se dispersó, llevándose cada uno su parte.
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Un
sábado por la tarde, una Audi Q 5 se estacionaba a la vera de la ruta,
un hombre con cabello cortado a cepillo se bajó de la misma y se
dirigió, resuelto, hacia la alcantarilla que cortaba la ruta, unos
segundos después regresaba a la camioneta.
- No hay guita, Martin… hay unas cajas solamente..
- Como?,
Cajas…?, Que mierda es esto…? Dijo bajándose a ver personalmente lo que
los atracadores le habían dejado como pago por su ”servicio”. Esos
hijos de perra se van a acordar de mi… rugió al tiempo que desenfundaba
la Colt .45 y le disparaba a los contenedores marcados como AYS 66.
El
viento empujó una nube de esporas verdes hacia los dos hombres, que
cayeron de inmediato al suelo, presas de terribles convulsiones.
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El
camionero detuvo su vehículo unos metros delante de la camioneta que se
hallaba con las puertas abiertas a la vera de la ruta, precavido, tomó
su revólver .38 de la guantera y la linterna para ver que pasaba.
Se
acercó cuidadoso al vehículo y mientras revisaba el interior vio que se
le acercaban lo que parecían ser dos hombres, con los rostros
horriblemente deformados y dientes triangulares… aterrado, les disparó
varias veces pero no logró ningún efecto, ni pudo evitar que lo
atraparan y arrojaran al suelo cuando trepaba a la cabina de su camión…
lo ultimo que vio, fueron las feroces mandíbulas que se dirigían a su
garganta.Un rato después, tres figuras tambleantes se dirigina a través del campo hacia las luces de la ciudad de Saladillo.